
Julieta Kattán y su Festival Folklórico Internacional que alegró a Honduras
Durante 33 años, doña Julieta Salem de Kattán hizo que el Festival Folklórico Internacional sonara alto

ICONOS Mag
Texto Sabino Gámez
14 junio, 2025
San Pedro Sula. La visión de Julieta Salem de Kattán fue más allá al crear el gran Festival Folklórico Internacional FFI, el primer y gran fest de Honduras para reunir fondos y hacer más por la niñez y la juventud que muchos que tienen el dinero de hacerlo.

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Contrató a artistas de todo género y éxito, desde Jerry Rivera, Aleks Syntek, Enanitos Verdes y Manuel Mateos hasta Pablo Montero, Eddy Herrera, Olga Tañón y Belanova.
Además, Jorge Celedón, Thalía, Paulina Rubio, Fonseca, Monchy y Alexandra, Moenia, Elefante y otros tantos de una lista interminable.
El Festival Folklórico Internacional cada año era el evento social, cultural y musical más esperado del país y en primera fila estaba medio San Pedro Sula, porque nadie se lo quería perder.

Ese sueño comenzó en los años setenta y con un grupo de damas, prepararon una primera edición desde el gimnasio del instituto La Salle.
La gente enloqueció porque se mezclaba la cultura de países, su gastronomía, su música y la amistad de la gente que llegaba a compartir, comer, beber y aportar a la causa.
Con los años, el FFI se mudó a la amplia y más grande 105 Brigada de Infantería donde ya venían artistas internacionales.
Además, ya no era una sola noche. Eran dos y se realizaban el último sábado de agosto y el primer sábado de septiembre. Luego cambió a julio.





Naciones como Costa Rica, Brasil, Guatemala, Cuba, Estados Unidos, Italia, México, Alemania, Puerto Rico, colonia árabe, Honduras, Nicaragua, Colombia y muchas más, exponían sus tradiciones e identidad en el FFI.
Las colonias de extranjeros residentes en San Pedro Sula innovaron al presentar sus bailes, sus vestuarios, sus casetas o stand y un sin fin de atractivos.
Cada delegación adornaba su stand, preparaba vestuarios y shows de bailes típicos y vendían comida y bebida que identificaba su cultura. Definitivamente, todo un espectáculo.
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Cuando doña Julieta Salem de Kattán se proponía algo, era imparable y así lo demostraba con el Festival Folklórico Internacional.
Su esposo Gabriel Kattán siempre la apoyó, jamás la censuró. Sus hijos tampoco y los nietos se sumaron a respaldar a una admirable abuela.
Las puertas abrían desde las 7.00 pm con música y ambiente de camaradería. Entre las 9.00 y 10.00 pm, las colonias presentaban sus bailes y coreografías. Luego, un artista telonero anunciaba que muy pronto se presentaría el cantante o banda internacional.
Finalmente, a la medianoche, el escenario se iluminaba de mil colores y efectos para presentar a grandes figuras de la música latina que doña Julieta contrataba para que le dieran realce a su amado festival.

Doña Julieta ya rozaba los 90 años y estaba al pie del cañón hasta el amanecer. Hasta que se iba el último asistente del festival y dejaba organizado todo para su desmontaje.
La tradición era tomarse la foto grupal con todas las damas voluntarias hasta que la misión se había cumplido y correspondía con una frase que marcó la vida de quienes le acompañaban hasta el final: «moriré con las botas puestas».
Luego, después de un mes, rendía cuentas y anunciaba cuánto había sido lo recaudado y que se destinaría para la fundación Amigos de Guarderías Infantiles.
El Festival Folklórico Internacional tenía garantizado su éxito gracias al respaldo de Pepsi y de Embotelladora de Sula que desplegaba todo su potencial para dos noches de rumba.


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Sin duda alguna, de todos los festivales, la noche que más llenó fue en julio 2008 cuando el trío mexicano Belanova rompió récords y reunió a más de 10 mil personas y recaudó más de dos millones de lempiras.
Como doña Julieta era agradecida, también reconocía el apoyo y el trabajo de colonias, patrocinadores y aliados con una cena de fraternidad y reconocimientos. A ella, no se le escapaba nada.
Paralelamente traía artistas en veladas más elegantes y logró que los hondureños se deleitaran con divas de la música como Paloma San Basilio o Viky Carr.


La edición 2018 marcó un antes y un después. La solidaria dama no asistió por primera vez. Recién había fallecido Elías Salem Kattán, su único hermano varón.
En abril 2018, doña Julieta Kattán anunció su retiro de la presidencia de la fundación, y delegó su preciado tesoro en su nuera y casi hija Vivian Handal de Kattán, quien ha continuado los pasos altruistas de su suegra.
Además, tampoco participó en el Festival Festival Folkórico Internacional 2019, por prescripción médica, aunque desde su cama, seguía las incidencias del evento hasta que culminaba.

Durante 33 años, doña Julieta Salem de Kattán hizo que el Festival Folklórico Internacional hiciera vibrar en solidaridad a todo un país.
Hoy, su huella queda marcada en la historia de Honduras porque trabajó con el corazón y se dedicó a luchar por educar a una generación que donde quiera que esté, le agradece por su nobleza y entrega a una causa sin lucro personal.
La historia de la dama de la solidaridad se queda corta para lo muchísimo que hizo. Murió en paz, rodeada del amor de sus hijos pero más aún, satisfecha de haber vivido para servir.