
‘No Llores Marimba’: el emotivo poema en honor al gran Martín Mejía
No Llores Marimba ha sido una de las publicaciones más emblemáticas en honor a Martín Mejía el eterno director de la Marimba Usula Internacional

ICONOS Mag
Texto Helen Ventura
2 febrero, 2021
San Pedro Sula. No llores Marimba ha sido una de las publicaciones más emblemáticas en honor a Martín Mejía, el recordado director de la Marimba Usula Internacional.
El poema escrito por el comunicador Milthon Robles es una alegoría al amor y entusiasmo que el ahora recordado marimbista tuvo por la música.



Los versos engloban el sentir de las teclas de madera que, al igual que la sociedad hondureña, lamentan la ausencia física de un artista excepcional.
Con la frase «No llores marimba, no llores que el maestro toca en el cielo», el poeta inicia la confortable composición que busca mermar la tristeza que ha ocasionado el fallecimiento de Martín Mejía.

«Un pequeño poema dedicado con mucho cariño a nuestro querido amigo, maestro, músico y director de la Marimba Orquesta Usula Internacional, Martín Mejía. La cultura hondureña y el mundo de la música están de luto».
Milthon Robles
Entre sus versos, el poema invita a la delicada y armoniosa marimba a continuar con el legado artístico que hace más de 40 años emprendió el catracho.

La tan conmovedora poesía es un agradecimiento hasta el cielo al rey de la marimba en Honduras por permitirle al mundo disfrutar de melodías de amor, alegría y vida.
Martín Mejía falleció la tarde del miércoles 27 de enero en San Pedro Sula y su partida ha conmocionado a la sociedad hondureña, a artistas internacionales y a los fieles admiradores.
A continuación el poema completo…



No llores marimba
«No llores marimba, no llores que el maestro toca en el cielo.
Canta marimba, canta que tus notas se oigan hasta el más allá.
No llores marimba, no llores porque el cielo se alegra, tu maestro se ha ido y su espíritu tocará tus teclas siempre.
Maderas que cantan, seguid entonando esas melódicas notas que nos hacen bailar y soñar, haced que el maestro ría y baile allá del otro lado del velo.
No llores marimba, no llores marimba, dad gracias al maestro por haber hecho sonar tu teclado y hacer de la música un frase de amor y vida.
No llores marimba, no llores, solo eleva tus notas al cielo y acompaña al maestro a tocar tus maderas hechas canciones».
Poema por Milthon Robles