
Filomena Espinoza: «Me descuidé, y eso me costó una de mis mamas»
Se enfrentó a los 72 años a un diagnóstico positivo. Le extirparon una mama y hoy, cuenta todo

ICONOS Mag
Texto Raul Francisco Ayala
12 octubre, 2022
San Pedro Sula. A sus 90 años, Filomena Espinoza o simplemente la hermana Filomena de la Iglesia Bautista Jerusalén de la colonia Satélite de San Pedro Sula, tiene un admirable testimonio sobre el cáncer de mama.
Su fe es inquebrantable y su vitalidad, sorprende. Hace 18 años, se enfrentó a un diagnóstico oncológico positivo y todo este tiempo, el Creador le ha dado la fuerza para que viva para ser ejemplo como una guerrera rosa.

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La vida no ha sido fácil para Filomena. Vive acompañada de una joven que vela por ella a diario. Su familia esta fuera del país, pero su apego a Dios le ha dado las fuerzas para resistir las pruebas que el destino le ha tenido trazadas.
La crisis más grande que ha enfrentado ha sido padecer de cáncer de mama a la edad de 72 años.
Una pelotita en su mama derecha, un descuido y una mastectomía parcial, resumen el viacrucis que enfrentó y que ha vencido en estos últimos años.

María Filomena Espinoza López nació en 1932 en Corquín, Copán. A los ocho años, salió de ese pueblo. Corría el año de 1940 cuando vino a San Pedro Sula.
Siendo una joven, se convirtió en madre de tres hijos: Héctor, Leticia y Óscar Espinoza, que han sido su motor para vencer esta adversidad de salud.
Filomena Espinoza comparte su testimonio y experiencia con el cáncer de mama con los lectores de ICONOS Mag. Su anhelo es que tomen con seriedad la salud y la enfermedad.
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¿Cómo descubre el cáncer de mama?
Cuando me bañaba, notaba que tenía una pelotita del tamaño de un mable en la mama y me dolía cuando me restregaba con el paste. Al principio, le dije a mi hija Lety, pero como si no me apretaba no me dolía, no le dimos importancia.
Un día, no aguantaba el dolor en el pecho, la espalda y un fuerte dolor de cabeza. Fui donde la doctora Morales y ella me examinó en la Liga Contra el Cáncer. Los exámenes médicos revelaron que tenía cáncer de mama muy avanzado.
Comprendí que descuidé de mi salud y eso me costó una de mis mamas, pues el cáncer ya se había enraizado y el tumor era del tamaño de un huevo de gallina.
¿Qué sintió cuando le dijeron que tenía cáncer?
Cuando nosotros tenemos a Cristo en nuestro corazón confiamos en Él y sabía que iba a salir bien de la operación. Me operaría el doctor Manuel Maldonado.
¿Cómo reaccionaron los hermanos de su iglesia?
Qué lindo tener hermanos como ellos. Me habló el pastor y me dice «abuela, ¿cómo salió en los exámenes?, ¿qué le dijo el médico?»
Le contesté que me habían dicho que en la Liga me iban a operar, pero tenía un costo. El domingo llegué a la escuela dominical y me dijo que los diáconos y él iban a pagar la operación.
Yo analizaba la condición de ellos y la de mis hijos y no quería molestarlos. Decidí ir al hospital Mario Catarino Rivas. Me operó el doctor Soler y gracias a Dios salí bien. Me dejaron cita para hacerme unas terapias, pero no volví.

¿Cómo reaccionaron sus hijos?
Se preocuparon y se pusieron de acuerdo para cuidarme y estar conmigo. Mi hija mañaneaba para estar al cuidado de mí con la medicina a la hora.
Rápidamente me iba recuperando, lavaba mi ropita, la tendía, la entraba, lavaba trastes y hacía otras actividades con mucho cuidado.
No he vuelto a ir al médico y yo me siento bien, ¡claro! por la misericordia de Dios, que es tan grande y me tiene alentada.
¿No necesitó quimioterapias?
No. Me dijo el doctor que le diera gracias a Dios porque el cáncer era lento, y eso dio tiempo hasta la extirpación de la mama.
¿Fue rápida la recuperación?
¡Sí! A los 40 días ya estaba activa en la iglesia, integrada en la visitación con otras hermanas. Todos se admiraban por mi pronta recuperación.
Una de las hermanas cuando me vio en el templo se sorprendió y me dijo: hermana Mena, ¿y usted ya anda aquí?, Usted no tiene cara de que la hayan operado, se ve bien…».

¿Tomó medicamentos luego de la operación?
Eso sí, el doctor me dio una receta y estuve tomando las medicinas recomendadas. Pero solo eso.
Creerle al Dios Vivo, al Dios que hizo los cielos y la tierra es lo más lindo. Yo dormía bien, comía bien, se asustaban porque ya muy de mañana estaba con un plato de osmil. Nada de depresión ni nervios, nada.
¿Ha tenido molestias después de todo lo que pasó?
No. Han pasado 18 años y no he tenido recaída.
El testimonio de Filomena Espinoza por el cáncer de mama es fuerte ¿qué aconseja usted a las jóvenes y mujeres en general para prevenir la enfermedad?
Aconsejo a las señoras, a las señoritas y también a los caballeros que hay que cuidarse. Ir al médico cuando sientan algo extraño.
Recomiendo a todos que deben cuidarse, porque también en varones se presentan casos.
Deben buscar al médico con tiempo. No ir cuando el mal está desarrollado. A mí me aconsejaron los doctores que un dolor de cabeza, un dolor en un pie, lo que sea, debe ser tratado con un médico, porque la pastilla solo es un calmante.
El médico debe hacer los estudios para ver qué enfermedad se pueda estar desarrollando. Eso es prevención.

«Cuando me toqué la pelotita debí ir al médico, me hubieran tratado y solo me habrían sacado el tumor, pero como esperé tanto se desarrolló y por eso perdí la mama«
Filomena Espinoza – sobreviviente cáncer de mama

¿Qué siente Filomena Espinoza al saber que es sobreviviente de una enfermedad que es prácticamente mortal?
Levantar mis manos y darle gracias al Señor, porque él fue el que hizo la obra y el que me tiene en pie. El 3 de diciembre cumplo 90 años, si el Señor no me lleva antes, ¡y estoy feliz!