Justa de Dávila: adiós a la maestra más querida de El Progreso

La honorable y ejemplar educadora, formó a innumerables generaciones de grandes hondureños

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Texto Sabino Gámez

9 agosto, 2020

El Progreso, Yoro. Se ha apagado la luz de una de las más brillantes educadoras de Honduras. Ha fallecido la maestra de generaciones Justa Nolasco Ferrera de Dávila.

La sociedad de antaño de la ciudad de El Progreso, están de luto por el adiós de esta respetada, admirada y querida dama, que por casi medio siglo, impartió la asignatura de ciencias naturales.

Era hija de oro de la Perla del Ulúa. Estudió magisterio en la desaparecida Escuela Superior del Profesorado.

Era una mujer estricta, intachable, correcta por los cuatro puntos cardinales. Una dama en toda la extensión de la palabra.

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Justa Nolasco de Dávila

Educó a hombres y mujeres de gran prestigio actual en los institutos San José, cuando era para varones y Notre Dame, en su era para señoritas. Ambos, de El Progreso. Además, en el famoso colegio José Trinidad Reyes de San Pedro Sula.

Era todo un emblema de la docencia de Honduras. A sus más de 95 años, la maestra Justa Nolasco Ferrera de Dávila, representaba la joya del magisterio hondureño, de esos personajes que con su adiós, se convierten en leyenda.

En los anuarios en blanco y negro de los colegios progreseños, la foto de Justa de Dávila estaba en un lugar destacado. Como ella, pocas maestras hondureñas.

Justa Nolasco de Dávila

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Fue esposa del caballero Daniel Dávila Paguaga, con el que formó un lindo hogar y forjó una numerosa familia. Tuvo ocho hijos: siete varones César, Daniel, Roberto, Ernesto, Gustavo, Francisco y Max y una hembra, su querida Sagrario.

Fue una abuela excepcional y toda la familia Dávila Nolasco la recordará como una dama noble y una maestra ejemplar.

Justa Nolasco de Dávila

Las familias de antaño de la ciudad de El Progreso, hoy lloran su adiós. Era una mujer irrepetible, con una prestancia y honorabilidad, que ya no existe en estos tiempos.

Falleció en su hogar. Un paro cardiaco nos arranca a una educadora sin comparación. Su funeral fue en estricta intimidad en el cementerio Amor Eterno.

Justa de Dávila es y será un ícono del magisterio hondureño y su herencia en la formación de grandes ciudadanos y ciudadanas, será eterna en el recuerdo de cada uno de ellos.

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