Periodista Dagoberto Rodríguez - entrevista #DetrasDelTitular by ICONOS Mag Honduras

Tegucigalpa. Dagoberto Rodríguez Coello es un periodista con pasión informativa. Su don de servicio y el ser un hondureño con visión de crecimiento y amor a su país lo identifican donde quiera que desempeñe la profesión.

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Es un periodista de tomo y lomo. Por más de tres décadas ha ejercido y sigue vigente en esta noble profesión, destacándose por ser una #TintaQuePiensa que influye en los temas que más interesan a Honduras.

Su presencia en las comunicaciones ha sido y se mantiene firme. Es un profesional con cualidades únicas: pericia, curiosidad, disciplina y excelencia.

La responsabilidad y ética periodística son parte de su esencia. También, su familia. Conversar con Dago es sumergirse en un valioso espacio de sentimientos, valores y profesionalismo.

«La ética es el cimiento del periodismo. Sin ética, la información se convierte en manipulación«

Dagoberto Rodríguez Coello nació un 3 de septiembre de 1967 en Tegucigalpa, Francisco Morazán. Es de esos pocos periodistas hondureños con gallardía al momento de investigar e informar una noticia.

La radio y los medios impresos han sido su principal eje informativo. Su periodismo es pulcro, transmite seguridad y confianza al lector o radioescucha. Su voz es sinónimo de firmeza.

Todas estas cualidades lo posicionan como un profesional acucioso, lleno de vehemencia por informar con veracidad y credibilidad.

Dagoberto se confiesa ilusionado desde siempre con el periodismo: es una profesión que admiré desde niño.

De pequeño, su hogar fue un receptor de información. De esa misión se encargó don Casimiro Rodríguez, su padre, quien no se perdía las novedades de su país y el mundo porque las escuchaba por radio.

«Crecí escuchando a esos grandes del periodismo radial y eso influyó en que me interesara por la profesión»

Su apreciada madre, doña Martha Coello, también fue pieza clave en la formación de su carácter. De ella aprendió que de cada caída se puede levantar más fuerte. Eso sí, manteniendo sus orígenes y valores familiares con dignidad.

Dagoberto Rodríguez cursó sus estudios secundarios en el instituto central Vicente Cáceres de Tegucigalpa, una entidad que destaca por su historia educativa de 146 años y donde se han formado generaciones de excelencia de Honduras.

Desde niño sabía que quería ser periodista y al enfrentarse a la realidad universitaria su misión fue clara: ingresar a la facultad de periodismo de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras UNAH. Y así lo hizo.

Tiempo después y fiel a su convicción de aprender e incrementar sus conocimientos técnicos, cursó su postgrado en tres Alma Mater: Instituto Universitario de Postgrado, la Universidad Autónoma de Madrid UAM y Alef University.

«Consideré la carrera por su alto contenido social y pensé que desde ahí podía contribuir a hacer un cambio en la sociedad«

Para él, la objetividad en el periodismo es prioridad. Además, es fundamental que el buen periodista trabaje con calidad: Es mejor una noticia bien contada que una primicia mal dada.

En esta profesión tan cercana a la sociedad y al valor humano, ha forjado una trayectoria basada en disciplina, constancia y firmeza.

Dagoberto Rodríguez Coello ha conversado con ICONOS Mag y es el tercer periodista que comparte su visión, vida y enfoque periodístico en la serie #DetrásDelTitular.

Se trata de un trabajo periodístico profundo, inédito e imparcial que nuestra marca editorial digital ha realizado para rescatar y honrar a verdaderos profesionales que no apagan su voz porque se mantienen estoicos #AlMargenDelPoder.

¿Cuál es la visión de vida de Dagoberto Rodríguez como periodista y como hondureño?

Mi visión de vida como periodista es servir desde la verdad. Creo profundamente que el periodismo debe ser una herramienta para construir ciudadanía, fortalecer la democracia y combatir la corrupción. También, denunciar los abusos del poder, dignificar al ser humano y contribuir a construir una sociedad mas justa y equitativa.

Como hondureño, aspiro a vivir en un país donde la justicia y la transparencia no sean excepción, sino norma. Mi compromiso es contribuir, desde mi oficio, a que eso sea posible.

Háblenos de su incursión periodística en medios impresos: sus inicios en diario Tiempo y su trayectoria en diario La Prensa

Comencé en diario Tiempo en los años noventa, en plena efervescencia democrática. Fue una gran escuela: aprendí el rigor del dato, la importancia del contexto y el valor de una nota bien sustentada. Tuve excelentes compañeros y grandes profesionales en diario Tiempo como Carlos Mauricio Flores, Orfa Mejía, Francisco Rodríguez, Roberto Corea, Eduin Romero y muchos más.

Luego, en 1997 pasé a La Prensa, donde consolidé mi carrera en el periodismo de investigación. Fui editor general de noticias en diario El Heraldo, encargado de la sección de País. Además, combinaba la editoría con la investigación periodística en la Unidad de Investigación. Hice muchos trabajos significativos de los cuales guardo recortes.

En estos tres influyentes medios forjé mi carrera como periodista de prensa escrita. Tuve el privilegio de aprender de periodistas de enorme solvencia moral y profesional.

Esos años forjaron mi carácter periodístico y mi carrera profesional. Fueron una verdadera escuela. Actualmente soy director de Radio Cadena Voces, un medio de reciente data, pero influyente.

De pequeño, ¿Cuáles eran sus sueños? ¿Se visualizaba en esta profesión?

Desde niño me fascinaba escuchar las noticias con mi padre. Él tenía la costumbre de sintonizar los noticieros desde temprano, y eso despertó en mí la curiosidad por entender cómo funcionaba el país.

Soñaba con ser periodista, pero no por fama, sino porque intuía que desde ahí podía contribuir a cambiar algo en una sociedad que necesitaba voces críticas y comprometidas.

¿Qué valores y enseñanzas de vida inculcaron en usted doña Martha Coello y don Casimiro Rodríguez?

Me inculcaron el valor del trabajo honesto, del estudio, la honestidad, la humildad, la disciplina y los valores cristianos.

Mi madre me enseñó a no rendirme, a leer, a estudiar. Mi padre, a trabajar tesoneramente en todo. Con él aprendí a hacer cualquier remiendo en mi casa, respetar la verdad, aunque duela. Esos principios se volvieron mi brújula y faro en mi vida y en el oficio.

¿El periodismo y la política pueden ir de la mano?

No. Pueden dialogar, pero no caminar juntos. Siempre lo he dicho: son como el agua y el aceite. El periodista que aspira a ser político debe dejar el periodismo y dedicarse exclusivamente a la política.

Ambos oficios son incompatibles porque en el periodismo se requiere de objetividad e imparcialidad.

El periodista no puede ser juez y parte. Su función es observar, cuestionar y fiscalizar el poder, no alinearse con él. Cuando el periodismo se confunde con la política, pierde su esencia.

¿Qué significa la ética para el periodista?

La ética es el cimiento del periodismo. Sin ética, la información se convierte en manipulación. La ética es lo que te hace decidir entre publicar algo por interés o por convicción. Creo que al momento de publicar algo debe primar el interés público, aunque moleste y afecte a muchos.

¿Considera que en los últimos tiempos el periodista hondureño ha sido vocero del gobierno de turno?

Lamentablemente sí, en algunos casos. Especialmente veo con preocupación como muchos periodistas combinan el periodismo con la política y se han convertido en activos militantes y activistas de un partido y una ideología. Eso le hace un grave daño al periodismo, pero sobre todo a la verdad.

Hay una tendencia a confundir el rol de periodista con el de propagandista. Eso tiene que ver con la precarización laboral y con la falta de independencia económica de muchos medios. Pero también hay un periodismo valiente que resiste y mantiene su compromiso con la verdad.

En su vasta trayectoria periodística, ¿ha recibido ataques a su integridad física y mental y cómo los ha enfrentado?

Sí, he enfrentado presiones, campañas de desprestigio y amenazas. Estuve en el exilio por varios meses por amenazas a muerte en el año 2007.

En un país como el nuestro, donde el poder se incomoda con la verdad, eso es casi inevitable. Lo enfrento con serenidad, con mi fe puesta en la protección de Dios y mi señor Jesucristo, con el respaldo de mi familia, mi equipo y mi fe en que el periodismo sigue siendo una causa justa.

¿Quiénes han enseñado o aportado al profesionalismo de Dagoberto Rodríguez?

Muchos colegas que me antecedieron. Aprendí de figuras como María Antonia Martínez, María Orbelina López y Carlos Mauricio Flores. También, de Renán Martínez, Nelson García, Thelma Mejía y Marlen Perdomo.

Aprendí, además, de Juan Ramón Durán, Jorge Barrios, Robert Marín, Blanca Moreno y otros más que influyeron en mi estilo periodístico. Pero también de mis propios compañeros de trabajo, que cada día me enseñan a no perder la pasión por informar.

Para usted, ¿Qué periodistas hondureños han destacado como profesionales de excelencia?

Alberto García Marder, cuyos artículos sigo leyendo en Proceso Digital. También, Jacobo Goldstein, Neida Sandoval, por su disciplina y trascendencia internacional. Indira Murillo, por su coraje, por su rigor y compromiso ético. Ellas, particularmente, abrieron camino con profesionalismo y valentía a otras periodistas. Hay muchos más y sería injusto no mencionarlos a todos.

¿Impreso, radio, televisión o digital?

Es muy difícil decantarme por uno en especial. Amo el periodismo escrito, pero también la radio, que considero tiene alma, inmediatez y conexión con la gente. Pero todos los formatos tienen su lugar: lo importante es el contenido y la credibilidad. En Radio Cadena Voces gozo de la libertad de hacer el periodismo que me gusta.

En la actualidad, ¿Cómo percibe el desarrollo del periodismo en Honduras?

Lo veo en una encrucijada. Hay un debilitamiento de la libertad de expresión y de prensa. En Honduras, el periodismo está bajo ataque desde el mismo Estado, que es el llamado a protegerlo.

Actualmente hay más acceso a la información y más plataformas, pero también más acoso, ataques, amenazas, estigmatización, desinformación y presión política. Aun así, creo que hay una generación joven con talento y coraje que puede renovar el oficio.

¿El periodismo está o debe estar ligado al poder?

Definitivamente ¡No! Debe estar ligado al servicio y al interés público, no al poder. El periodista está para fiscalizar al poder, no para ser su vocero o propagandista de turno.

¿Las universidades hondureñas deben contratar periodistas con trayectoria profesional o solo basta con una maestría?

La formación académica es importante, pero la experiencia en el terreno es insustituible. La universidad debería equilibrar ambos mundos: teoría sólida y práctica con periodistas que hayan vivido el oficio en la calle, en el ejercicio diario.

El problema es que hay docentes que nunca pasaron por una redacción ni redactaron un comunicado, entonces ¿qué puede transmitir a las nuevas generaciones?

¿Qué opinión tiene de los licenciados en Periodismo que no ejercen?

Cada quien elige su camino, pero el periodismo es una vocación, es entrega y sacrificio, no solo una carrera para ganar dinero.

Si se estudia esta profesión, debería ser para ejercerla con convicción y compromiso social.

¿Cree que vuelva a existir una Neida Sandoval, Doris Chessman o Indira Murillo?

Sí. Siempre surgirán nuevas voces con talento y carácter. El reto está en que Honduras les dé condiciones para crecer y trascender. Muchos han tenido que salir del país para trascender porque aquí no encontraron oportunidades.

¿Qué periodistas ha admirado a lo largo de su carrera?

En lo internacional, siempre he admirado a Gabriel García Márquez por su poderosa narrativa y su enorme creatividad. A Ryszard Kapuściński por su visión humana del periodismo y a muchos colegas hondureños anónimos que, sin grandes reflectores, hacen un trabajo admirable en condiciones difíciles y sacrificadas.

¿Inmediatez o calidad en la publicación de una noticia?

Calidad. La inmediatez sin verificación es ruido. Prefiero llegar un minuto tarde con la verdad, que un minuto antes con un error. Es mejor una noticia bien contada que una primicia mal dada.

¿Qué frase representa a Dagoberto Rodríguez?

La verdad y la libertad de expresión no se negocian.

¿Qué piensa de los periodistas de boletín que solo copian y pegan? ¿Eso les enseña la academia?

¡No! Eso se aprende por comodidad y por la facilidad que actualmente les ofrecen las nuevas tecnologías.

Yo escribo regularmente algunos artículos de opinión y podría recurrir a la IA para hacerlos, pero prefiero ‘quemarme el morro’ pensando. Al final sé que ese articulo llevó trabajo y es de mi exclusiva autoría.

El periodismo requiere criterio, análisis, contexto y sentido crítico. Reproducir boletines no es informar ni hacer periodismo, es replicar propaganda oficial. Nunca es periodismo.

¿Considera que las redes sociales son fuente de desinformación o un aporte al periodismo?

Son ambas cosas. Son una herramienta poderosa, porque permite darle voz a las audiencias y a la ciudadanía.

Son una válvula de escape a las frustraciones del pueblo, pero es peligrosa si no se usa con responsabilidad. Depende del periodista y del medio cómo convertirlas en aliadas de la verdad.

¿Qué opina de la Inteligencia Artificial IA? ¿Aliada, amenaza o sustituto?

Considero que es una aliada a la que se le puede sacar mucho provecho, si se usa con criterio ético. De hecho, en las redacciones periodísticas actuales se ha vuelto indispensable, siempre dándole ese toque humano y con una correcta curaduría de la información.

Puede optimizar procesos, pero nunca reemplazará el olfato, la sensibilidad, el juicio y la intuición humana del periodista.

¿De qué valores no se deben olvidar los periodistas?

La verdad, la independencia, la ética y el respeto a las personas. Sin esos valores, el periodismo no tiene sentido.

¿Qué le dice a aquellos periodistas que atacan al Colegio de Periodistas de Honduras?

El Colegio debe ser una casa común para todos los periodistas, no un campo de batalla. Las críticas son válidas, pero deben ser constructivas.

Yo fui crítico del Colegio, pero luego entendí que es una institución noble desde la cual podemos servir a todos nuestros colegas.

En la pandemia, el CPH estuvo ahí al lado de los periodistas sirviéndoles y apoyándoles. Su rol en la defensa de la libertad de prensa y en la libertad de expresión es fundamental.

Los que hemos presidido el Colegio de Periodistas tenemos como premisa que la libertad de prensa y la libertad de expresión no se negocian con nadie, ni con ningún gobierno. Y lo hemos cumplido a lo largo de los años.

Cuatro cualidades indispensables de un periodista de excelencia que casi ya no existen hoy:

Rigor, humildad, compromiso social y respeto por la verdad.

¿Qué representa el periodismo digital para usted?

Una evolución natural del oficio. El periodismo digital ha venido a transformar la forma en la que presentamos o llevamos la información, pero los valores y los principios del periodismo siguen siendo los mismos.

Cambian las plataformas, pero no los principios. Lo digital amplía el alcance, pero exige más responsabilidad.

¿Qué piensa de los medios que usan el fact-checking para librarse de fe de erratas?

Ante la avalancha de desinformación que circula en redes sociales y en las plataformas de dudosa autoría y reputación, el fact-checking es una herramienta útil, debe ser una práctica preventiva que nos ayude a convertirnos en validadores de la información. La verificación es parte del proceso informativo, no un correctivo.

¿Libertad de expresión o libertad de prensa?

Ambas son esenciales, pero la libertad de prensa garantiza que la primera sea posible. Sin prensa libre, no hay democracia, no hay derechos y la expresión individual se debilita o se apaga.

¿Cuál es el rol del periodista en la democracia?

Hace mucho tiempo recibí una capacitación en Tegucigalpa con el famoso e influyente periodista argentino de investigación, Daniel Santoro.

En el taller dijo que los periodistas somos ‘los perros guardianes de la democracia’. Esa frase me caló y se ha quedado conmigo en mi ejercicio profesional y lo he hecho norma de vida.

Dicho lo anterior, creo firmemente que el periodismo es contrapeso del poder, debe amplificar las voces ciudadanas y defender la verdad, incluso cuando incomoda.

Mencione cinco características esenciales de un periodista galardonado con el Álvaro Contreras

Rigor, independencia, ética profesional, conciencia y compromiso social y resiliencia.

Recibir esa distinción fue un honor y una responsabilidad. No lo veo como un logro individual, sino como un reconocimiento al esfuerzo colectivo de quienes creen en un periodismo libre.

¿Cuál es el mayor tesoro de un periodista? ¿Y el suyo?

Creo que el mayor tesoro de un periodista es su credibilidad. El mío, es mi familia, porque me da fuerza para seguir luchando por lo que creo y ha sido mi inspiración para ejercer este lindo oficio con libertad y con compromiso.

¿Cree que ya llegó a su máxima capacidad profesional o puede dar más?

Tengo 32 años de hacer periodismo de forma ininterrumpida. Creo que puedo dar un poco más a mi país desde esta trinchera. Siempre se puede dar más.

Mientras existan injusticias y verdades que contar, el periodismo sigue siendo un camino abierto. Yo creo que el periodista nunca se jubila, sigue ejerciendo siempre con su influencia y con el poder de la palabra.

Dagoberto Rodríguez es un profesional que se adapta a las tendencias informativas, siempre leal a los valores de integridad y comunidad periodística.

El periodista capitalino mantiene latente la visión de ver un gremio unido, que se fortalezca y se convierta en un espacio sólido en defensa de la libertad de prensa.

Hoy, más que nunca, ejerce con mayor tenacidad lo que más le apasiona: comunicar, interpretar, transmitir.

La serie de entrevistas periodísticas #DetrásDelTitular by ICONOS Mag tiene el firme empeño de rescatar los perfiles, triunfos y trayectorias de grandes periodistas de Honduras, muchos, jubilados o en el olvido en la memoria de un país que un día los leyó o admiró por su trabajo.

Es un homenaje merecido a verdaderos profesionales que han hecho patria con valores inquebrantables y que las nuevas generaciones de periodistas deben conocer para enriquecer su cultura general. La Academia debe fomentar en las aulas, el reconocimiento de estos ejemplos del verdadero periodismo de hoy, mañana y siempre.

Además, es importante que los nuevos hondureños conozcan la historia de esas voces que no callan, porque son las tintas que piensan y que han aportado sus valores para construir un país más humano, donde cada profesión sea respetada.

Imposible olvidar … un periodista se debe a la verdad, a los valores morales, cristianos, cívicos y humanos. Jamás, a intereses mezquinos y corruptos que denigran una profesión tan loable llamada periodismo.