
Entrevista a Javier Brocato, presidente de Canaturh capítulo Omoa
El líder del turismo omoense se sincera de la actual situación de su municipio y su estancamiento
ICONOS Mag
Texto Sabino Gámez / Fotos Cristian Alvarado
27 noviembre, 2025
Omoa. Omoa es un municipio costero del departamento de Cortés, Honduras y la gestión, proyección y trabajo turístico está liderado por el joven Javier Brocato, quien es presidente de la Cámara Nacional de Turismo de Honduras Canaturh capítulo Omoa.


Esta comunidad no sólo es el pequeño remanso de viviendas aledañas al mar. Omoa comienza en Tulián Campo y se extiende hasta Corinto, la frontera con Guatemala.
Son 144 kilómetros en línea recta de donde nacen aldeas, colonias y asentamientos de ciudadanos. Cada kilómetro tiene mucho que ofrecer.
Limita con Puerto Cortés, esta muy cerca de San Pedro Sula, Choloma y Santa Bárbara y tiene un precioso mar Caribe como fondo.
Y por si fuese poco, esta a escasos minutos de Guatemala. El municipio colinda con este país ya que es frontera.
Omoa no sólo es mar y algo de playa. También es ríos y cascadas de ensueño, la montaña de El Merendón imponente y refrescante a la vista que ofrece senderismo así como restaurantes con gastronomía espectacular e irresistible y hoteles de todo precio y nivel.
Además, plantaciones de cardamomo, cacao, maíz, malanga, ganadería y licha, pesca artesanal y la comunidad garífuna de Masca. No faltan los miradores con vistas impactantes e infinitas a la bahía de Omoa.
Otra comunidad potente es Cuyamel con su fabulosa historia de la Cuyamel Fruit Company, una completa marina para yates y la imponente y siempre bella Fortaleza de San Fernando.
Click aquí: El es Gamaliel Osorio, el joven genio del retrato al grafito de Omoa, Cortés
Click aquí: Sigue nuestro canal de YouTube @IconosIM y activa las notificaciones

Y aunque la lista de atractivos y bondades es infinita, Omoa sigue estancada en el abandono. No ha despegado y parece que no lo hará en breve.
Sus calles siguen de tierra como hace unos 30 años atrás y su muelle es un peligro para quienes lo visitan. No tiene mantenimiento, iluminación ni barandal.
La carretera central de Tulián hasta la frontera está deteriorada. Las fuentes de empleo son nulas, la inversión de empresas casi no existe y el sector gastronómico y hotelero continúa resistiendo a las crisis económicas y el desinterés del turista nacional e internacional.
Solo existe un banco que es una ventanilla de Banco de Occidente y aunque también posee una escuela de marinos, no se le saca provecho.
Javier Brocato, presidente de Canaturh Omoa, se ha sincerado sobre su trabajo ad honoren que realiza por ver mejor a su municipio, pero que cada día parece una utopía.

Muchos omoenses están convencidos que Omoa está igual que hace 10 o 20 años. ¿Comparte esa frustración?
Sí, la comparto. La falta de acción sostenida por parte de autoridades municipales y gubernamentales ha frenado el desarrollo turístico.
Omoa tiene todo para despegar, pero seguimos viendo proyectos detenidos o completamente olvidados. Eso cansa, y la población tiene razón en sentirse frustrada.
¿Cuál es el mayor obstáculo que ha encontrado para impulsar cambios reales?
Es la falta de voluntad y continuidad por parte de las instituciones. Cada año escuchamos promesas nuevas, pero sin ejecución. La burocracia, la descoordinación y la ausencia de prioridades claras son un freno brutal para el turismo.
Los restaurantes locales se quejan de poca afluencia y falta de apoyo. ¿Qué opina?
Los restaurantes de Omoa están luchando solos. Muchos sobreviven únicamente porque los propietarios se sacrifican. Lo digo con conocimiento porque mi madre tiene restaurantes y toda la familia trabajamos duro para sacar adelante los negocios. No es fácil. Es un sacrificio constante y sin apoyo de nadie.
Sin promoción turística, sin infraestructura adecuada y sin apoyo municipal, es imposible que crezcan. No es justo que un sector que genera empleo tenga que pelear sin respaldo.

¿Considera que el gobierno local ha desaprovechado el potencial turístico de Omoa?
Absolutamente. Omoa podría estar en el mapa nacional e internacional, pero no lo está, porque no se trabaja con visión. No basta con decir que se apoyará el turismo; se necesitan planes reales, inversión y supervisión. Lamentablemente, eso no lo vemos.
¿Cree que la escasez de empleo en Omoa es consecuencia directa del abandono al turismo?
El turismo es un generador de empleo natural. Si no se desarrolla, no hay trabajo. La falta de oportunidades afecta a jóvenes, madres solteras, pescadores, emprendedores… todos perdemos. Omoa podría estar produciendo cientos de empleos, pero seguimos atrapados por la falta de acción pública.
Los inversionistas potenciales no invierten en Omoa porque no ven condiciones. ¿Qué les dice?
Les digo que la falta de infraestructura y claridad municipal es lo que los espanta. Cuando un inversionista ve calles destruidas, trámites lentos y ausencia de planificación, simplemente se va a otro municipio. Es una pérdida enorme para todos los omoenses.

La infraestructura vial y otros problemas son un reclamo constante. ¿Qué impacto tiene esa falta de pavimento y mantenimiento así como el alcantarillado sanitario, recolección de desechos y servicios básicos como agua potable, energía y telecomunicaciones?
Gigantesco. Un destino turístico no puede crecer con calles en mal estado o de tierra. Afecta a los negocios, al transporte, a los visitantes y a la imagen del municipio.
Las malas calles también inciden negativamente en el tema producción agrícola. Los campesinos en las montañas tienen serios problemas. Una leve lluvia les arruina las vías y se quedan incomunicados por semanas.
Hemos pedido soluciones, pero seguimos esperando. Sin vías dignas, el turismo no despega.
Como presidente ¿Javier Brocato ha sentido falta de apoyo directo hacia Canaturh Omoa por parte de las autoridades?
Sí. Hemos presentado propuestas, diagnósticos, rutas de acción… y muchas veces no recibimos respuesta.
Canaturh no puede sola. Se necesita que las autoridades se tomen en serio el desarrollo turístico, no solo en discursos, sino en presupuesto, gestión y ejecución.
¿Hasta qué punto esta falta de desarrollo se traduce en pérdida económica para Omoa?
Enormes pérdidas. Cada visitante que no llega, cada negocio que no abre, cada inversión que se va a otro municipio… es dinero que Omoa deja de recibir.
Estamos perdiendo oportunidades diariamente, y eso es inaceptable en un municipio con tanto potencial.


Con todo este panorama frustrante, ¿cuál es su meta realista al frente de Canaturh Omoa?
Mi meta es romper la indiferencia. Estoy aquí para exigir, coordinar y empujar proyectos hasta donde nuestras capacidades lo permitan.
Mi compromiso es dejar bases sólidas: rutas turísticas definidas, alianzas con el sector privado, mejores condiciones para restaurantes y más presión institucional para que el municipio y el gobierno por fin actúen.
Omoa merece un turismo digno y no me quedaré callado.
¿Existen creditos blandos para incentivar el turismo?
Nada. Eso es una fantasía. Acá estamos solo con la misericordia de Dios y el apoyo de los hondureños que prefieren venir a Omoa aunque no ofrezca todo su potencial.
¿Y la Dirección Municipal de Turismo?
Omoa vive del turismo pero la Dirección Municipal de Turismo solo es un empleado. De hecho no tenemos Policía turística y mucho menos mentores para nuevos emprendedores.
Háblenos de las estadísticas, indicadores, cifras que sustenten su trabajo y proyección
No existen indicadores ni estadísticas de seguridad ni de turismo. Acá nadie se interesa porque no les importa Omoa. Solo amamos a Omoa los que nacimos y vivimos acá y nos duele el abandono.
El apoyo de Canaturh Omoa es de los dueños de restaurantes y hoteles. De pequeños negocios.



Osea ¿trabaja con las manos vacías?
Claro. Cómo vamos a atacar las deficiencias sin respaldo. Es imposible y por mucho que me esfuerce, cuesta. Duele toda esta problemática.
Acá ni sabemos qué es el turismo verde. No sembramos árboles, no cuidamos el ambiente y de remate, nuestras playas y el mar se inundan de basura que viene de Guatemala. La contaminación del mar también es latente. Nadie hace nada y yo estoy trabajando para que despertemos.
¿Y la educación?
En la cabecera solo hay un instituto gubernamental y aunque Omoa es turístico, no existe la carrera de turismo. Los jóvenes que quieren estudiar turismo se deben ir a Puerto Cortés y es más gasto.
¿Omoa fomenta capacitaciones para talentos dedicados al turismo?
No se fomentan las escuelas técnicas para que enseñen bartender, gastronomía, chef, atención al cliente. Ni inglés se enseña y es tan vital para el turismo.
No tenemos dónde ir a seleccionar a un profesional. No existen las capacitaciones para emprendedores. Tenemos muchos artesanos pero no tienen apoyo ni formación y tampoco se enseña a sembrar y cultivar la agricultura.
Y si el panorama es tan crudo, ¿porqué Javier Brocato es presidente de Canaturh Omoa?
Porque amo a Omoa. Acá nací. De acá soy. Veo a mi mama y mis hermanas trabajar día a día sin perder la esperanza. Tengo muchos amigos jóvenes y de todas las edades que siguen teniendo fe en que algún día todo va a cambiar.
Yo quiero aportar mi juventud y deseo de trabajar. Lo estoy haciendo con dedicación. Quiero hacer grandes cosas por Omoa.
Por eso acepte el reto y acá estoy. Quiero cambiar la historia de Omoa y estoy seguro que si la gente cree en mi y me apoya, lo puedo lograr.
Mi compromiso es con los omoenses. Merecemos un mejor presente y un futuro seguro. Ahora mismo no lo tenemos pero si podemos construirlo juntos. Eso quiero. Un Omoa que se posicione como el mejor municipio turístico de Honduras. Tenemos con qué demostrarlo y por eso estoy trabajando sin cobrar ni un lempira.



