
René Mackay: aplausos a la perseverancia de un nefrólogo hondureño
Un ejemplo de ética, constancia y excelencia, así es la historia de este sampedrano de oro

ICONOS Mag
Texto Sabino Gámez
13 agosto, 2020
Reflexiones del nefrólogo René Mackay, hondureño que triunfa en Estados Unidos. «Cada persona debe luchar por triunfar en su vida. Se triunfa haciendo las cosas bien, con mucho trabajo y no tomando atajos, sino haciendo las cosas bien y teniendo fe en Dios«
PRODUCCIÓN
Texto: Sabino Gámez
Historia Visual: Rony Torres
Edición de Vídeo: Helen Ventura
Fotografía: Glelio Barrientos / Blane Marable Photography
Realización: Sabino Gámez
San Pedro Sula. René Mackay es ejemplo y testigo viviente de que en el camino a la realización personal y profesional, siempre habrán tormentas y vendavales.

Edición digital ICONOS Mag
Desde muy joven aprendió esta lección de vida, ya que tras graduarse como médico con especialidad en medicina interna y sub especialidad en nefrología, regresó a Honduras con el afán de ejercer la profesión.
Lastimosa o afortunadamente, no logró aportar y ayudar en su país como lo había anhelado.
Lo que ha logrado es aún mayor: ahora está considerado como uno de los más respetados nefrólogos del estado de Georgia en Estados Unidos y, por si fuese poco, tiene su propia clínica de nefrología; el mayor premio a la perseverancia.

René Mackay es un hijo de oro de San Pedro Sula y un hondureño que brilla con talento, valores y pasión.
Su historia, es digna de honores. Enfrentó innumerables pruebas de vida y las pasó con excelencia.
Un largo camino
Sus padres son los honorables sampedranos Martha y René Mackay, quienes le forjaron ese espíritu de éxito y devoción al trabajo.
Tras egresar de la secundaria, se mudó a Tegucigalpa para comenzar estudios de medicina en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras UNAH.

Una vez titulado en 1995 y ya casado de la dama María Fernanda Bendaña Espinoza, se muda a Estados Unidos para sacar su especialidad.
“Tomamos los exámenes para poder aplicar en medicina interna y lo pasamos. Luego, entramos a hacer la residencia en medicina interna. Después de tres años, tuve la oportunidad de hacer nefrología y nos quedamos dos años más” explica.
Ya preparado para el campo laboral en la medicina, decide volver a su patria y es cuando comienza a transitar un camino de incertidumbre y trabas para ejercer la profesión.
“Yo le hice una promesa a mi esposa, de que cuando terminara la especialidad, nos íbamos a venir a Honduras al día siguiente, con la idea de quedarnos a vivir acá. Aquí tengo a mi familia, a mis papás y está toda la familia de mi esposa. Con toda la ilusión que venimos, tratamos de comenzar, pero fue difícil”, recuerda.

Aunque venía graduado de Estados Unidos con su importantísima sub especialidad, la UNAH no le revalidó sus estudios.
“No había nadie anteriormente que viniera de Estados Unidos con esta especialidad y la UNAH, que era la única que podía homologar mis titulos. No tenían un mecanismo para decirme que podrían validarme como nefrólogo. Eso me causó muchos problemas”, recuerda.
Estableció su práctica privada y se ganó la confianza de muchos sampedranos, quienes lo escogieron como su médico de cabecera y nefrólogo.
Aún así, no logró su validación en nefrología y después de cuatro años, René Mackay y su esposa regresaron a Estados Unidos.
Un gran regreso
Gracias a su buen récord como estudiante y excelente médico, las oportunidades que no le dieron en Honduras, si se las dio Estados Unidos.
Para un médico hondureño, el recibir una propuesta laboral de un hospital estadounidense, es toda una proeza, considerando la competitividad y la brecha racial contra el hispano.
“Mi esposa y yo estamos muy agradecidos con Estados Unidos, porque siendo latinos, nos abrieron las puertas, y como obviamente yo me había graduado allá, me fui con un trabajo listo”, recuerda.

Para sorpresa de este especialista, todo el proceso para trabajar fue fluido y rápido, ya que sus títulos y papeles no tuvieron las trabas que le argumentaron las autoridades académicas de Honduras.
Primeramente, trabajó por 18 meses con un grupo de nefrólogos y “no era lo que yo tenía pensado”. Luego, se desempeñó como hospitalista o encargado de las admisiones y manejo de pacientes intrahospitalarios.

̈Trabajaba una semana si y otra no. Después de dos años y medio, le dije a mi esposa que ya estaba cansado y que era el momento de hacer un proyecto personal y poner en práctica la nefrología. En todos los hospitales me preguntaban que cuando iba a comenzar y decidí hacerlo”, recuerda.
René Mackay – Nefrólogo hondureño
La compañía
Justo hace 10 años, en 2010, fundó lo que hoy es Georgia Kidney Consultans GKC, en la ciudad de Watkinsville, Georgia.
“Para comenzar la clínica, le dije a mi esposa que yo sabía de riñones pero no de administración y que esa era su parte, porque ella se graduó como administradora de hospitales. Formó la estructura y comenzamos a trabajar. Ahora, ya tenemos una década de estar en la práctica privada y es una gran bendición de Dios”, considera.

Ese inicio es y será inolvidable para los esposos Mackay Bendaña. El nefrólogo René Mackay fue buscar a los médicos que conocía que trataban a pacientes con padecimientos renales y les decía que ya estaba atendiendo en privado.
Además, repartía tarjetas de presentación y hasta sacó anuncios en los diarios del estado, con la finalidad de llegar a más pacientes.
“Interesantemente, los anuncios en los periódicos no tuvieron el impacto esperado. Lo que hace impacto es la relación con el paciente”, afirma.
En el primer día llegó un paciente. Luego, al día siguiente, otro más. «Poco a poco, con el buen trato, subimos a dos pacientes diarios. Entonces, yo le decía a mi esposa, cuando tengamos diez pacientes diarios, vamos a estar bien y gracias a la bendición de Dios, ahora en la oficina vemos más de 30 a 35 pacientes diarios”. comenta.
Por si fuese poco, continúa ofreciendo sus servicios en hospitales de la ciudad, adonde atiende entre 20 o 25 pacientes por día.
Georgia Kidney Consultants GKC es un proyecto en el que “realmente vemos la mano de Dios y hemos sentido. Su gracia en las demás personas, que nos respetan nuestra opinión médica y confían en nosotros«. detalla.
En estos diez años del centro, el doctor René Mackay ha atendido a pacientes con problemas en los riñones, presión arterial y complicaciones de electrolitos en la sangre, así como otras patologías relacionadas con su especialidad.
Su gran apoyo
Hay un dicho que reza: “detrás de un gran hombre hay una gran mujer”. En la vida de este nefrólogo está su esposa María Fernanda Bendaña Espinoza de Mackay, su línea paralela para lograr el éxito como esposos, padres y profesionales del grupo de la medicina.

“Mi esposa es toda mi vida. Nos conocimos en la escuela y fuimos novios por ocho años. Luego, nos casamos y me acompañó a Estados Unidos. Para mi, ella lo es todo. Es mi fortaleza, la que me da pausa y rumbo. Además, una excelente madre, esposa, amiga y lo que yo he llegado a tener; aparte de que viene de Dios, ha sido por ella”, confirma.
María Fernanda es pieza clave en el inicio, desarrollo y funcionamiento de esta clínica especializada en nefrología, y gracias a sus estudios en administración hospitalaria, ella es la responsable de la estructura financiera.




Georgia Kidney Consultants comenzó con tres personas, René Mackay como especialista, su esposa María Fernanda en la parte administrativa y estados financieros y una empleada que se encargaba de verificar el seguros de los pacientes.
Ahora, la clínica la conforman 10 personas. Tienen laboratorio y es donde los pacientes se hacen sus exámenes. Lo que comenzó como un emprendimiento, ahora cuenta con su propio CEO, abogados, contadores y enfermeras especializadas y un especialista más. “De empezar de cero ha sido un crecimiento extraordinario y bendecido por el Señor», explica.

Poco a poco, la unión y visión de los esposos Mackay Bendaña, ha cosechado logros a base de trabajo intenso y, por fortuna, jamás han sentido el amargo sabor de la discriminación.
Al menos en Georgia, “la gente es súper amable. Nunca he sentido discriminación. Nos han abierto las puertas al igual que nosotros le hemos abierto a otras personas. Nunca hemos pensado en dejar Georgia y regresar a Honduras«, confirma.
Proyectos
Actualmente, además de atender a sus propios pacientes, trabaja en cuatro hospitales.
Dos de ellos son los principales de la ciudad y en ambos, es catedrático universitario. Estas instituciones decidieron hacer una especialidad en medicina interna, de donde deriva la sub- especialidad de nefrología.
“Cuando se empezó a hablar de la especialidad, me llamaron y me preguntaron si estaba interesado en ser catedrático. Claro que dije que si. Me nombraron el Jefe del Departamento de Nefrología dentro de la especialidad de Medicina Interna. En 2014 iniciamos en un hospital y en 2016, en otro. Ahora doy clases a residentes y estudiantes de tercer y cuarto año de facultad de medicina”.

Otro de los planes a desarrollar, y a los que le pone manos a la obra actualmente por la pandemia del Covid-19 son las consultas virtuales.
“Es una área que ya se está desarrollando en Estados Unidos y se le llama telemedicina, que básicamente es medicina por computadora. Hay unos robots especializados que tienen una pantalla y el paciente está viendo a su médico, a través de ella. Ahí, nosotros podemos oír el ritmo cardiaco y a través de la computadora, puedo enviar los exámenes y hacer un diagnóstico de lo que está pasando. Eso se está haciendo en lugares que están lejos de un centro hospitalario”, explica.

René Mackay anhela poder desarrollar este método en Honduras, para dar una segunda opinión a pacientes con problemas renales.
Además, revisar y asesorar a las personas, con el fin de recomendarles tratamientos nuevos que se están utilizando en Estados Unidos. “De esa forma, puedo ayudar a mi gente sin necesidad de estar presente en Honduras”, revela.

En su agenda de proyectos, también le gustaría participar en congresos internacionales, ya que ha estado concetrado en sus pacientes y no ha tenido el tiempo para asistir a ellos.
Por los momentos, imparte charlas locales en los hospitales que están enfocadas a médicos residentes y estudiantes.
También, con la llegada de un nuevo nefrólogo a su clínica, espera tener más tiempo para ello e involucrarse en la investigación con la universidad.
Reflexiones de un gran médico
René Mackay reafirma el concepto de que un médico debe tener vocación a la carrera, ya que es súper demandante.
“Yo les digo a mis hijos: ustedes deben encontrar algo en la vida que les guste hacer. No es la cantidad de dinero que le paguen, sino que cada día que uno vaya, este contento con lo que está haciendo y, obviamente, obtener una remuneración. Pero si uno piensa que el dinero lo va a hacer feliz, eso definitivamente no. La medicina requiere mucho tiempo y la persona tiene que tener vocación y deseo de ver a la gente sana. Si solo busca el dinero, será una persona frustrada toda la vida”, detalla.

Tiene la convicción de que el premio más grande que un doctor puede tener no es un trofeo, sino el cariño de las personas que ha tratado.
“El recibir notitas de un paciente donde le dicen: usted trato a mi mamá o a mi papá y le agradezco demasiado por todo lo que hizo. Uno pasa ocupado y cansado todo el día y cuando recibe algo así, uno dice … vale la pena lo que estoy haciendo. No son los trofeos. Es tener el sentido de saber que lo que uno está haciendo, hace un impacto positivo en la gente«, reflexiona.

Una de las experiencias que lo ha marcado en casi 30 años de ser médico es la muerte de un joven de entre 30 y 35 años.
El trabajaba en un hospital y el paciente acudió a emergencia con un estado de shock séptico.
Recuerda que lo llamaron para que lo revisara, puesto que el paciente tenía insuficiencia renal. “ Sus funciones no estaban tan malas, pero rápidamente se deterioró, y aun con toda la tecnología que tenemos en Estados Unidos, este paciente se puso mal y mas mal cada día”.
Le tuvieron que someter a diálisis constantes de 24 horas y respiración mecánica con todos los antibióticos posibles. Además, de darle como 40 transfusiones de sangre.
“El muchacho estaba casado y tenía dos niñas. Aun con todo el tratamiento que le aplicamos, se nos murió«.

Mackay, que ha mostrado sus sentimientos al recordar esta experiencia, recuerda que cuando el joven murió, las enfermeras lloraban y era algo que muy raramente había visto en un hospital.
“Nos preguntamos que cómo se puede morir una persona de 35 o 40 años. Yo tengo una frase que le digo a mi esposa … hay que dar gracias a Dios todos los días porque nos despertamos, porque es un milagro de Dios estar vivo. La muerte de ese joven si me impacto bastante”.
Por tanto que ha vivido como médico, René Mackay está claro en algo: el éxito que ha tenido no le pertenece. Es un éxito que proviene de Jehová.

̈El lema en nuestra oficina es que toda la gloria va para el Señor. Cuando llegan pacientes y me dicen que soy gran médico, yo les digo … agradezca al Señor Jesús. El le salvo a su mama, a su papá o a quien sea. Esa es mi posición. Mi recompensa viene del señor. No viene de ser alabado por el hombre”
Rene Mackay – Nefrólogo hondureño
Ahora, mismo, en sus planes no están retirarse porque no le gusta estar desocupado. No es de los que se la pasan viendo televisión todo el día.
Quiere seguir dando clases, pasar tiempo de calidad con su familia y apoyar la clínica, pero con menos intensidad.
Ahora René Mackay, analiza su ayer con actitud positiva e inquebrantable gratitud; porque Dios me ha dado tanto para ayudar a la humanidad.
Frases para inspirarse
Memoria del primer día
«No conocía al primer paciente en la clínica. Llegó, lo tratamos y cuando uno trata respetuosamente y hace un buen trabajo, eso se esparce entre la gente. Así nos empezaron a llamar más pacientes»
Su gran apoyo
«Mi esposa María Fernanda llevó los estados financieros y administración de la clínica por siete años. Sin el conocimiento de ella, hubiera sido imposible levantar el centro asistencial»
Consejos al futuro
«Cada persona debe luchar por triunfar en su vida. Se triunfa haciendo las cosas bien, con mucho trabajo y no tomando atajos, sino haciendo las cosas bien y teniendo fe en Dios»
Su amado país
«Quiero venir a San Pedro Sula, cada dos o tres meses. Soy hondureño, esta es mi patria y me gusta estar acá con amigos, mi gente, comer nuestras comidas. Amo mi país y mis raíces»
Orgullo por lo nuestro
«Honduras tiene un potencial enorme y hay gente muy preparada. Hay hondureños triunfando fuera del país, que tienen calidad humana. Honduras es una gran nación»
Reflexión como hondureño
«Si todos nos pusiéramos de acuerdo en sacar adelante el país, tener un poquito de amor por el país y hacer las cosas bien, este país sería totalmente distinto. Dejar el deseo de ser rico de la noche a la mañana. Si todos trabajamos duro y respetamos las leyes, sería muy distinto»
Legado médico
«Me encantaría compartir lo poquito que sé de medicina, para que los médicos de mi país sepan de otros tratamientos y opciones que hay en Estados Unidos y que acá todavía no existen»