Eylin Urbina y André Canahuati se casan en una alegría noche de primavera
Los enamorados tenían cinco años de sólido noviazgo. Fueron bendecidos en una ceremonia evangélica, que reunió a unos 250 invitados en el Club Hondureño Árabe

ICONOS Mag
Texto Sabino Gámez
26 julio, 2019
San Pedro Sula. La boda de Eylin Urbina y André Canahuati une a dos felices enamorados, cuyo noviazgo tuvo cinco años.

El Club Hondureño Árabe fue escogido para la ceremonia evangélica, así como la alegrísima recepción.
El pastor Pablo Mejía, de la Primera Iglesia Reformada, bendijo a los nuevos esposos, ante la congregación que estaba emocionada por la unión.

Orgullosos y en primera fila estaban los padres de los enamorados. De ella, Doris Peña de Urbina y Donaldo Urbina. De él, Karina y Eddie Canahuati.
Unos 250 invitados colmaron los fastos nupciales, preparados para congratular a los novios en su noche de casamiento.

La event planner Sonia Pineda fue encomendada para el diseño, planificación y realización de la boda Canahuati Urbina. La primavera y la distinción, fueron la inspiración ornamental.
Para engalanar los salones, se decantó por los rojos marfil y rosa, en rosas frescas, hortensias y variedad de follaje, todo; agrupado en espigadas bases y display lujoso by Servifiestas Capitolio.

Tras la proclama, comenzó la celebración por la boda de Eylin Urbina y André Canahuati.
Los novios se tomaron el tiempo de retratarse en el posado oficial como recién casados, así como con su cortejo, sus padres y más amados.

El novio, de clásica y rigurosa etiqueta. La novia, con un opulenta diseño de la afamada Vera Wang, en organza off white. El entalle drapeado y de escote estraple, desprendía una falda de fastuosa presencia.
Tras las fotos oficiales, los novios hicieron su entrada triunfal y brindaron con champagne, inaugurando así la regia celebración que duró hasta el amanecer.
Eylin y André escogieron a la agrupación Santa Fe, para que amenizara su casamiento y la banda fue sensación, logrando que la pista estuviera literalmente llena de principio a fin.

Como tradición árabe, a la medianoche se dispuso del baile de las velas entre los enamorados, quienes como luna de miel, escogieron diversos destinos internacionales.