¡Exclusiva! #ViviyLuis, la misa de esponsales por la boda García de Quevedo Mourra
La iglesia San José María Escrivá de Balaguer en Guadalajara, Jalisco, acogió el enlace García de Quevedo Mourra, ante unos 300 invitados

ICONOS Mag
Texto Sabino Gámez
8 abril, 2019
Guadalajara, México. Los prometidos Viviana Mourra y Luis García de Quevedo ya son esposos.

La espectacular Iglesia San José María Escrivá de Balaguer, acogió a rostros de la sociedad sampedrana y guadalajarense, para acompañar a los felices contrayentes.

El recinto católico fue revestido de muchas rosas, enormes velas blancas, mucho follaje silvestre y una impecable alfombra blanca que enmarcó los desfiles de los novios y el cortejo.
La emoción comenzó desde las 5.00 pm, en una tarde maravillosa con clima cálido y mucha distinción de aquellos que acompañaron a los enamorados.

Los hijos de los honorables Ivonne Luna de Mourra y Rolando Mourra Saybe y Olga Romo de García de Quevedo y Alberto García de Quevedo, tenían cuatro años de noviazgo oficial.

El ambiente fue invadido con notas dulces y cantos sacros. Mucha solemnidad se respiraba en el templo, esperando el gran momento en que iniciaría la misa de esponsales.
A las 6.30 pm, el cortejo recorrió el pasillo central. El novio aguardó a su prometida ante el monumental altar, revestido de primavera blanca.

El gran momento por los novios Viviana Carolina y Luis Alberto
De pronto, la feliz enamorada apareció del brazo de su padre, luciendo preciosa e inmaculada. Caminó con donaire y la gente no perdió oportunidad y la fotografió una y otra vez.

Lucía preciosa con un diseño de inspiración romántica de la diseñadora israelí Galia Lahav, con entalle bordado y cubierto con tul ilusión, una falda con volúmen millennials con detalles florales en 3D.
Una vez ante el altar, Viviana y Luis, intercambiaron cómplices miradas durante la eucaristía, la homilia y la proclama dirigida por el padre Enrique Barboza.

Había demasiado dicha por esta pareja que se juraba amor y recibía la bendición del Santísimo, en una inolvidable celebración católica.
Los novios sellaron su matrimonio con un romántico beso, entre los vítores de sus queridos allegados, y luego, tomados de la mano y con desbordante alegría, salieron hasta el umbral.

Ahí, demostraron que su boda es símbolo de amor, respeto y de tantas ilusiones y promesas de novios.
La celebración continuó, al llegar la noche, en el jardín de eventos Lago del Rey, donde las emociones duraron toda la noche y hasta el amanecer.