
Fallece Matilde de Moya Posas: adiós a la última gran pastelera de San Pedro Sula
Nació en Tegucigalpa pero fue criada en Comayagua, una ciudad que amo con toda su alma

ICONOS Mag
Texto Dulce Maria Rivera Aguilar
10 octubre, 2023
San Pedro Sula. Aída Matilde Boquín Aguiluz de Moya Posas, la última gran repostera y pastelera de la sociedad sampedrana, ha fallecido.
Con su adiós se va su dulce sonrisa y la pasión y el arte que le imprimía a sus exquisitos pasteles para bodas y eventos especiales de las más reconocidas familias de la ciudad.


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Este domingo 8 de octubre 2023, doña Matildita como le llamaban de cariño, ha partido a la presencia de Cristo. Tenía 86 años.
La repostera y también maestra de San Pedro Sula nació el 19 de abril de 1937 en Tegucigalpa junto a su hermana gemela Blanca Margarita.
Matilde de Moya Posas era hija de la dama Matilde Aguiluz Valle y del doctor Gustavo Boquín Bustillo, quien también fue teniente del ejército de Honduras.
Tuvo seis hermanos: Gustavo, Estela, Carlota, Lilian, Sara y Blanca Boquín Aguiluz, con quienes compartió grandes momentos de su vida.


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Matilde se graduó de maestra, pero aprendió el arte de la repostería siendo joven y de las manos de la experta Angelita de Levi, quien le impartió grandes conocimientos.
Sus pasteles eran de los más exquisitos de la ciudad. Además, sus creaciones le daban ese toque especial y primoroso a los eventos sociales de sus fieles clientes.
En San Pedro Sula, allá por años 70, 80, 90 e inicios del siglo, solo existían dos pasteleras experimentadas: doña Matildita de Moya Posas y la inolvidable Gumercinda Chinda de Collier.
Ambas eran especialistas y creaban pasteles de verdad para degustar y deleitar el paladar, no de estereofon decorado con lustre o pastillaje simplemente para adornar una boda.
Además, tener en una fiesta o casamiento un pastel de cualquiera de las dos artistas, era sinónimo de estatus, ya que cultivaron su prestigio con dulzura.









Ella complacía a la clientela con su deliciosa torta y fino acabado. También, sus pasteles fueron innovación en técnicas, sabores y decoraciones en su época de gloria.
A través del tiempo su especialidad fueron los pasteles para boda, elaborando delicias a muchas de las parejas más importantes de la ciudad y del país.
Las familias de abolengo y prestancia social, la elegían para crear espectaculares diseños que, como era la tradición, se servía como postre al concluir el banquete nupcial.
Doña Matilde de Moya Posas era perfeccionista. No adornaba sus pasteles con flores naturales. Eso jamás.
Lo hacía con flores de pastillaje que ella misma hacía en el pequeño taller en su hogar.
De hecho, habían pasteles que se tardaba hasta dos meses en su creación, ya que su trabajo era impecable, meticuloso y excepcional.


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Fue esposa del recordado ingeniero Roberto Moya Posas con quien contrajo matrimonio el 11 de abril de 1959.
Sus hijos Blanca Margarita, José Roberto, Matilde Aída y Sara María Moya Boquín ahora lloran la pérdida de su querida madre.
Una de sus más grandes alegrías fue elaborar los pasteles cuando sus hijos se casaron.



Su familia le da el último adiós este martes 10 de octubre con una misa en la parroquia San Vicente de Paul a las 2.00 pm.
A continuación será la la despedida de Jardines del Recuerdo y estará presidida por sus deudos.
Aída Matilde Boquín de Moya Posas ya descansa en la paz eterna dejando una huella especial en la vida de todos los que la conocieron y amaron.