La dama María Eugenia Kawas ya descansa en la presencia de Dios

La querida dama ha partido a la presencia de Dios, colmando de dolor y tristeza a su esposo Omar Nazrala Manzur y a sus hijos Vanessa, Nicole y Andre

ICONOS Mag

Texto Helen Ventura

31 enero, 2021

SAN PEDRO SULA. La dama María Eugenia Kawas de Nazrala ha partido a la presencia de Dios.

Su fallecimiento colma de profunda tristeza a su esposo Omar Nazrala Manzur, a sus hijos Vanessa Nazralla Kawas de Vallecillo, Nicole Nazrala De Castelain y Andre Omar y a toda su familia.

Foto: Iconos Mag

Sus íntimas amistades también lloran su partida, ya que Ginny Nazrala fue una mujer excepcional que amó por completo a sus más cercanos y demostró en muchas ocasiones la enorme bondad de su corazón.

María Eugenia Kawas dedicó sus últimos años a disfrutar del cariño de sus nietos y del eterno amor de su compañero de vida, Omar Nazrala, a quien conoció en sus tiempos de juventud.

La distinguida pareja de la sociedad sampedrana formó una hermosa familia que al reunirse para ocasiones especiales se complementaba, ya que eran una sola pieza en amor.

Sus años de vida

Ginny Nazrala nació un 10 de enero de 1948 en la ciudad de La Ceiba y es descendiente de los fundadores de La Casa Colorada Juan N. Kawas, empresa hondureña especializada en licores, vinos y bebidas.

Durante su juventud estudió en el instituto St. Mary of the Pines de Chatawa, Mississippi, Estados Unidos.

María Eugenia Kawas fue una mujer con deseos de aprender en todo momento. Durante su estadía en el país norteamericano tuvo la oportunidad de estudiar en School of Fashion Design Boston, la escuela de modas ubicada en Boston, Massachusetts.

Valiente hasta el final

Una de las mayores cualidades de Ginny Nazrala fue el inmenso amor que siempre demostró por su familia y sus más allegados.

Fueron precisamente ellos el motor que la motivaban a seguir adelante.

Lamentablemente a mediados del mes de enero la estimada dama comenzó a sentir irregularidades en su salud y tuvo que ser internada de emergencia en una clínica privada de la ciudad.

María Eugenia Kawas luchó por su vida hasta el final como toda una guerrera y su familia fue su mayor inspiración.

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