
Mario Castillo: inspiración etérea y sublime plasmada en lienzos para la posteridad
El artista dominó muchos estilos y expresiones con variadas técnicas, siendo polifacético en su obra

ICONOS Mag
Texto Raul Francisco Ayala
19 septiembre, 2022
San Pedro Sula. El pintor Mario Miguel Castillo Cárcamo falleció hace 10 años, y su nombre aún brilla como exponente de la plástica hondureña desde la segunda mitad del siglo XX. Con su pincel, magnifica el nombre de Honduras, aunque ya no viva.

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Mario Castillo abrió sus ojos en este mundo el ocho de diciembre de 1932 y San Pedro Sula fue la ciudad que lo vio nacer.
Sus padres Matías Castillo y Ángela Cárcamo procrearon seis hijos, de los cuales Mario era el mayor.
Su talento afloró desde su infancia, pues cuando estudiaba en la escuela Lempira de Comayagüela, era notoria su habilidad para el dibujo.
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Por ese tiempo, su madre se convirtió en la musa de sus creaciones, y utilizaba técnicas mixtas de lápiz con acuarela para plasmar sus lienzos que al final resultaban excelentes trabajos.
Al finalizar la primaria, el talentoso joven se traslada a Tegucigalpa e ingresa al Instituto Central de Varones.

Al graduarse de secundaria, conoce personas que lo impulsan en el arte de la pintura. Uno de ellos fue el maestro Jean Batiste Delagis.
Este mentor es el que hace gestiones para que Mario Castillo obtenga una beca de estudios en el extranjero.
Así, aquel pintor autodidacta viaja a Roma, Italia, para estudiar una licenciatura en la Academia de Bellas Artes de esa ciudad.

En 1958, y apoyado por Juan Manuel Gálvez, presidente de Honduras, finaliza con éxito su carrera como artista de la plástica.
Cuando aún está en Roma, Mario Castillo conoce a la que sería su esposa: Isabel Salgado, la joven que lo cautivó y con quién contrajo matrimonio en ese país.
Ella estudiaba para soprano lírico ligero en la misma ciudad capital de Italia, y fruto de ese amor nacieron sus hijos Mario, Claudio y Marcela.

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Vida profesional
A su regreso a Honduras en 1957, de inmediato ejerce como docente en la Escuela Nacional de Bellas Artes, de la que seis años más tarde fue su director.
El pintor Mario Castillo dominaba varios estilos en sus obras, entre ellos el cubismo, impresionismo y expresionismo.
En sus lienzos destaca la armonía, el equilibrio y el colorido. Además, esta considerado como el mejor retratista de todos los tiempos de Honduras.
Todo ello aunó a que su prestigio creciera sin límites y se convirtiera en maestro e inspiración de las nuevas generaciones.

Las instituciones más prestigiosas del país se convirtieron en mecenas del arte de Castillo.
La Universidad Nacional Autónoma de Honduras UNAH adquirió un lote de retratos de reconocidos escritores, poetas y exrectores de la alma mater de la autoría de este ilustre pintor.
Además, el artista contribuyó a inmortalizar en lienzos, a exmandatarios de la república y expresidentes del Congreso Nacional entre los años 1973 y 2000 y creó los retratos que hoy forman parte de la galería en Casa Presidencial.

Su trabajo es con técnicas de acrílico, silicón y varios tipos de temple y cola y los colores grises sobresalen en sus pinturas.
Al pintor Mario Castillo se le considera uno de los principales exponentes de la plástica hondureña y es polifacético en las expresiones artísticas.
En su obra Jaula de pájaros, su estilo se inclina al fauvismo y su obra evoluciona a una mayor manifestación académica.

Los ángeles fueron su recurrente inspiración y pasión en su arte y son referente dentro y fuera de las fronteras hondureñas.
La figura humana toma protagonismo en su pintura, pues consideraba que ésta es la obra maestra de Dios.
Sus cuadros evocan emociones de forma vívida a los que admiran su arte con sensibilidad y mirada etérea.



Reconocimietos
Su prolija carrera artística lo llevó a exponer y representar a Honduras en diferentes latitudes de América Latina, Estados Unidos y Europa.
Además, recibió reconocimientos como la medalla San Vito Romano en Italia, y el Gran premio del IV Salón anual de pintura en Tegucigalpa.


Luego de una fructífera carrera, su vida finaliza un sábado 14 de abril de 2012 en la ciudad capital de Honduras.
El arte nacional siente su partida, pero a la vez hereda un cúmulo de aprendizaje en los estilos y t´écnicas de este gran maestro del pincel hondureño.