
Mary Ann Paz de Kafati: la viva representación del amor y la esperanza
La dama hondureña ha demostrado que para ayudar al prójimo solo se necesita tener voluntad

ICONOS Mag
Texto Redacción Iconos
13 enero, 2022
San Pedro Sula. Más que un ángel para muchos, Mary Ann Kafati representa la esperanza y el amor hecho mujer.
Los últimos 20 años, los ha dedicado en cuerpo, alma, vida y corazón, a servir a los necesitados, principalmente a los enfermos.


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Mary Ann Kafati heredó de su madre Ruth Paz, esa nobleza hacia el prójimo.
En honor a ella, tras su muerte en 1996, nació la Fundación Ruth Paz, una institución que ofrece múltiples servicios médicos para los vulnerables.
Uno de sus grandes retos fue tener un hospital propio, equipado, integral y eficiente. Lo ha logrado, pero no ha sido fácil. Ha derramado muchas lágrimas, ha tenido infinitas noches de desvelo y hasta desconsuelo y frustración, pero esas barreras no la han detenido.

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En los últimos años, esta ejemplar filántropa se ha dedicado a edificar íntegramente la misión que aprendió de su inolvidable mamá:
“La fundación la inició mi mamá. Ella era norteamericana y vino a Honduras a vivir los últimos años, en la década de los setentas, cuando Honduras era muy distinto.
A ella le daba tristeza ver que las personas de escasos recursos económicos no tuvieran atención médica digna y empezó trayendo brigadas médicas».
Mary Ann Kafati

La primera brigada llegó en 1969 y transformó vidas de personas con labio leporino y paladar hendido.
Además, habían pacientes que tenía que trasladar a Estados Unidos, para ser atendidos. Muchos de esos casos eran de niños quemados, con problemas del corazón, con atrofias ortopédicas congénitas y otros más.
“Mi hermano y yo crecimos viendo todo. Llegaban pacientes a mi casa a diario. Mi mama no hablaba muy bien español, por ser norteamericana, y nos tocaba traducir.
Además, muchos niños venían de muy lejos y dormían en la casa. Nosotros crecimos con esto y realmente me siento bendecida porque mi mama era una mujer admirable. Ella es mi heroína y por eso el día de hoy continuamos con su obra de amor.”
Mary Ann Kafati


Mary Ann Kafati atravesó momentos dolorosos cuando su madre falleció en 1996 y estuvo muy triste por mucho tiempo. Fue su esposo Camilo quien le dijo “Mary Ann, la mejor manera para que tu madre siempre esté contigo es continuar con lo que hacías con ella. Pues me levanté y he continuado haciendo lo que ella me enseñó”, explica.
Para comenzar, se construyó la clínica Ruth Paz en la colonia Bográn en 1997, donde se atienden alrededor de 20 mil pacientes al año entre medicina general, odontología y ortodoncia.
En el 2011 se inauguró el hospital pediátrico Ruth Paz, y entre ambos centros se apoya a unas 35 mil personas anualmente.

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En este centro asistencial se han realizado unas mil 800 cirugías en diferentes áreas y por si fuese poco, es el único hospital en Honduras “y creo que uno de los pocos en Centroamérica” que se hacen operaciones de esfoliosis, “y con estas cirugías le estamos dando respuesta a muchas personas y eso me llena muchísimo”, comenta.
Este ángel de la solidaridad también ha revelado que el hospital es una enorme responsabilidad ya que el costo de mantenimiento “es altísimo” para tenerlo equipado y que “jamás va a llegar un paciente que necesita una cirugía y se le dirá que no».

Esos últimos años, en el que Honduras ha enfrentado crisis de diferentes ámbitos, Mary Ann Kafati ha tenido que batallar con muchas consecuencias, principalmente financieras.
Los donativos, tanto de dinero como de insumos, han reducido considerablemente.
“Aunque tenemos empresas que nos apoyan, si hemos sentido que muchas otras ya no pueden apoyarnos y nos dicen que no. Eso realmente es nuevo para la fundación, porque siempre habíamos contado con muchas empresas amigas”
Mary Ann Kafati

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La institución tiene un grupo muy pequeño de voluntarias. Muchas de las damas, que trabajaban ad honoren, eran extranjeras y ya no residen en San Pedro Sula.
Este es otro de los retos que enfrenta Mary Ann Kafati, ya que a ella y a sus pocas aliadas solidarias les toca todo el trabajo de organizar eventos benéficos.
“Quisiéramos que se acercaran mas personas altruistas, personas que quieren ver un cambio y ayudar a los mas necesitados, jóvenes que traigan ideas nuevas, porque nosotros siempre andamos buscando, ya que hay muchas organizaciones igual de buenas como la fundación y quiera o no, todas estamos compitiendo por esos mismos fondos pero todos queremos ayudar. No hay una mejor que otra. En la institución siempre estamos pensando en formas nuevas de poder recaudar fondos para continuar con nuestras obras”, explica.

Otro de los grandes problemas que tiene la entidad filantrópica, y principalmente el hospital, es el gasto mensual que tiene el centro médico. Ronda un poco más de dos millones de lempiras.
Las planillas de médicos, enfermeras y personal administrativo ascienden a más del millón de lempiras, mientras que el resto, es para compra de medicamentos, insumos, electricidad, luz, teléfono y tantos gastos más.
Con todos estas situaciones por resolver, Mary Ann Kafati continúa realizando una labor de amor y creyendo fielmente que muchas otras personas se sumarán a apoyar.

Cuando llegan casos de gravedad, Mary Ann Kafati se pone en el lugar del familiar y hace de todo para salvar esa vida. Lo saca del país vía ambulancia aérea y lo lleva a grandes hospitales, donde se le dan gratis las cirugías necesarias.
“Muchas veces esos pacientes tienen que volver hasta diez veces hasta que está totalmente recuperado. También se le consigue su terapia física gratuita con una organización que se llama Cefise. Así que se le da totalmente, la rehabilitación completa a todos esos niños quemados”.
En cuanto a los fondos, la gente, en la mayoría de los casos; no aporta ningún lempira. “Son personas sumamente pobres. Los últimos casos, lastimosamente son accidentes que pasan en hogares que no tiene electricidad”, recalca.

Entre los aliados solidarios de la fundación están grupo Intur, que ayuda día a día, y hasta colabora en pagar sueldos de médicos. “Hacen campañas para recaudar fondos a través de los restaurantes y ellos son un apoyo invaluable”, describe.
También tiene a otras compañías que le ayudan con sus eventos, como Embotelladora de Sula y Diario La Prensa, que “siempre dicen presente con las actividades de la fundación, con lo cual yo estoy muy agradecida”.

Mary Ann Kafati, de espigado porte y encanto natural, no solo acapara miradas por su belleza, sino también por esa sencillez y sonrisa franca que genera un aura de confianza al verla.
Uno de sus grandes anhelos es que cada hondureño haga la diferencia y replique el ejemplo de Dios, al ayudar a todos.
“Los hondureños son de buen corazón. Yo creo que a veces nos ponemos a pensar mucho en cosas que no, pero si uno realmente se enfoca y ve la necesidad, el hondureño es bueno. Realmente lo he visto. Y si se le pide, ayuda; pero a veces no se le ocurre a las personas que está esa necesidad ahí”.
Mary Ann Kafati
La felicito Mary Ann yo me preocupo por los niños de este pais .Gracias en nombre de ellos por servirlos .
yo tambien creia solo era por los niños quemado .Dios la bendiga siempre.